lunes, 9 de julio de 2012

Red Íncola lanza un SOS para sostener las ayudas a inmigrantes


La solidaridad nunca falta en la oficina de Red Íncola, ONG de ayuda a inmigrantes y colectivos desfavorecidos de la ciudad, y sus voluntarios no dejan de ofrecer un café a quien se acerque a visitarlos. Es el mismo café que reparten gratuitamente a los sin hogar a través del programa de acercamiento 'Café solidario', programa cuyo sostenimiento ha pasado a depender de las congregaciones durante los últimos meses. El motivo: la brutal caída de la financiación pública y el aumento creciente de los necesitados, que sufren las consecuencias de los recortes en ayudas sociales.
Lo cierto es que los datos de estos últimos meses señalan unas previsiones terribles. Para empezar, los fondos públicos, nada menos que el 54% de la financiación de la red, no están garantizados. A día de hoy aún no ha salido ninguna convocatoria desde la Gerencia de Servicios Sociales o EcyL, mientras que hace un año ya estaban resueltas. La Junta ha publicado las bases para la subvención, si bien advierte de que este año la cantidad va a verse considerablemente disminuida.
Tampoco se aseguran las ayudas privadas que hasta ahora concedían las Cajas de Ahorro a través de la Obra Social. Y es que, según admite resignado José María Lucas, gerente de Red Íncola, «no están las Cajas como para tirar cohetes». La caída de estos fondos, públicos y privados, supone la pérdida de las dos terceras partes del presupuesto que hasta ahora sostiene la ONG.

Al tiempo que van cayendo las expectativas para la fundación, el número de inmigrantes desfavorecidos que se pone a la cola va en aumento. Aunque es cierto que algunos han regresado a sus países, a muchos otros se les acaban las ayudas y terminan por acudir en busca de apoyo. La precarización del mercado laboral es otro factor que asfixia a este colectivo, que tras pasar tiempo en una situación normalizada se ha visto obligado a recurrir a la solidaridad.
Las necesidades de quienes acuden a Red Íncola también han cambiado. «Ya ni siquiera vienen a por trabajo, están resignados», reconoce José María, «Lo que buscan ahora es ayuda de primera necesidad: alimentos y ropa». El coordinador de la fundación muestra además una creciente preocupación por las medidas que desde el Gobierno golpean, cada vez más, a los más necesitados. Entre ellas, la reforma sanitaria, que reduce al mínimo las prestaciones a inmigrantes en situación irregular. Mientras, se potencian los desahucios y nadie sabe si se van a mantener las ayudas familiares. «Muchos viven con 426 euros al mes. Parece increíble pero es cierto y a muchos se les acaban las ayudas en septiembre», lamentaba José María. Para colmo, se anuncian nuevos recortes en la Ley de Dependencia, lo que aumenta, si cabe, la incertidumbre de los colectivos más desfavorecidos». Estamos temblando por el anuncio de nuevos recortes. Si a esta gente le quitan la ayuda se queda sin nada», se quejaba el coordinador.

Mensaje de auxilio
El mensaje de auxilio, dirigido a congregaciones, empresas, instituciones y ciudadanos no solo se orienta a la captación económica. Bien es cierto que cobran importancia las donaciones y el patrocinio de empresas, si bien desde la organización se habla de buscar otras maneras y José María afirma que «el dinero nos hace falta, pero no es lo primero». Así, hace referencia al apoyo de voluntariado –en el que colaboraron hasta 400 personas en 2011– y plantea alternativas como el apoyo a proyectos que lleven la firma de la empresa patrocinadora. El ejemplo lo pone la empresa Cartif, que desde Boecillo fijó un convenio para dar hasta tres cursos de formación de búsqueda de empleo. Por su parte, la Red Íncola seguirá trabajando en la campaña permanente de socios y donantes.

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