viernes, 31 de enero de 2014

Homenaje a las Victimas del Holocausto en Segovia

El recuerdo solemne y fúnebre del Holocausto no puede reducirse a una mera cita en los libros. La memoria de los seis millones de personas que murieron bajo la barbarie nazi ha de prender en la sociedad la llama de la lucha por la libertad y la democracia. Segovia ha querido rendir un sentido homenaje a todas las víctimas de los crímenes de la humanidad precisamente coincidiendo con la conmemoración del Día de la Paz. Con este tributo, la ciudad desea contribuir de forma decisiva a la promoción de los derechos humanos a partir de la convivencia y el respeto hacia el prójimo. Es la lección que imparte la historia y que no ha de caer en el olvido a pesar de que el paso inexorable del tiempo se empeñe en borrar esa memoria. Poco a poco las voces de los testigos que sufrieron el genocidio en primera persona se van apagando y desapareciendo.
No es el caso de Isaac Revah, este sefardí de Salónica ha relatado este jueves el horror sufrido, ha reivindicado el importante papel que han de desempeñar los supervivientes que como él honran la memoria de las víctimas, y también ha ensalzado la valentía de diplomáticos españoles que desafiaron entonces a las autoridades y doblegaron al miedo para salvar el mayor número posible de vidas.

Su familia tenía la nacionalidad española y fue ese pasaporte el que le hizo sobrevivir a una muerte sentenciada por las medidas antijudías del Tercer Reich. «Algunos cónsules españoles decidieron no permanecer pasivos ante la crueldad nazi y actuaron con determinación y de forma personal para salvar a la población», ha evocado Revah. El hecho de que él hoy pueda aportar su testimonio para propagar ese mensaje de paz y tolerancia se lo debe al que era el cónsul general en Atenas entre 1943 y 1944, Sebastián de Romero Radigales, propuesto para la distinción de Justos entre las Naciones que el Estado de Israel concede a aquellas personas que, no siendo de confesión o ascendencia judía, ayudaron a las víctimas de la persecución antisemita durante el Tercer Reich.
Isaac Revah fue deportado seis meses al campo de concentración de Bergen-Belsen. No fue enviado como otros compatriotas a la exterminación de Auschwitz. Y fue liberado antes del final de guerra. Se siente un afortunado y debe su supervivencia a ese pasaporte español y no al valor, señala en su testimonio. Los alemanes consideraban a España un estado neutral y por eso no aplicaron las medidas antijudías.
«Una deportación rápida y eficaz»
El 95% de la población judía de Salónica, unas 47.000 personas, fueron deportados a Auschwitz. «Fue una deportación rápida y eficaz», recuerda aquellos cinco meses de terror. Isaac Revah lo atribuye a la colaboración que prestó el rabino a los alemanes que habían invadido su tierra natal y que hizo creer que esa comunidad iba a reunirse en Cracovia con más judíos, aunque en la ciudad polaca «ya no había judíos».
Unos quinientos sefardíes que como él contaban con la nacionalidad española fueron deportados. «Los alemanes querían que los españoles judíos fueran repatriados a España lo más rápido posible», pero eso chocó con las reticencias del régimen español que se veía incapaz de acoger un contingente así.
Fue entonces cuando esos diplomáticos intercedieron, «conscientes de los riesgos» e incluso plantando cara y contradiciendo a sus autoridades. Fueron estas personas, como Sebastián de Romero, los que consiguieron la autorización para la repatriación.
La solicitud de España llegó tarde. Sefardíes como Revah ya habían sido trasladados al campo de internamiento en «vagones de tren usados para ganado llenos de gente, sin ningún tipo de higiene». Al final, las divergencias se solucionaron y después de unos meses horribles que el superviviente no ha querido detallar llegaron los visados.
El acto de recuerdo a las víctimas del Holocausto ha culminado con unas notas musicales, precedidas del encendido de seis velas en memoria de los seis millones de personas que perecieron en la barbarie nazi. La primera la ha prendido el propio Isaac Revah.
El homenaje también ha contado con la presencia del presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub; el ministro consejero de la Embajada de Israel en España, Oren Bar-El, y el director general del Centro Sefarad-Israel, Miguel de Lucas.


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