viernes, 14 de junio de 2019

Dedico tres horas al día a luchar contra el odio en Facebook



Una red de decenas de miles de voluntarios está luchando contra el discurso de odio en Facebook
 bajo el hasthtag #IAmHere (Estoy Aquí).


Son las siete y media de la mañana en Berlín. Nina se despierta y apaga el despertador.



Antes de levantarse y preparar el desayuno para su hija de 13 meses, que está durmiendo en la habitación de al lado, Nina agarra su móvil.



Pero al contrario que muchos, no es para revisar el correo o publicar fotos en las redes sociales.



En su lugar, cada mañana Nina abre Facebook y se dirige a un grupo cerrado que se llama #IchBinHier (#EstoyAquí).

Facebook: quiénes son los “peligrosos individuos” a los que bloqueó la red social.



Nina es parte de un movimiento internacional cuyo objetivo es combatir el discurso de odio en esta plataforma.

Ella y sus compañeros de #IAmHere dedican su tiempo libre a explorar Facebook en búsqueda de comentarios racistas, misóginos u homófobos.



Estos comentarios suelen encontrarse en las páginas web de muchos medios de comunicación.



Su objetivo no es hacer cambiar de opinión a las personas que publican estos mensajes de odio. Nina y sus compañeros se dedican a aportar datos y argumentar puntos de vista razonables.



La idea es proporcionar otro punto de vista para que otros usuarios vean que existen perspectivas alternativas más allá de las que ofrecen los trolls.



Los activistas de #IAmHere —y hay decenas de miles en Europa y en todo el mundo— dicen que su misión es contrarrestar los comentarios de odio y hacer de Facebook un lugar mejor.



Y el gigante tecnológico se ha percatado de este fenómeno.

Facebook ha proporcionado a los grupos #IAmHere créditos de publicidad gratuitos y los ayuda a organizar reuniones como parte de su Iniciativa para el Coraje Civil Online.



¿Por qué lo hacen?



Nina trabaja a tiempo completo como directora de una ONG, pero además dedica tres horas de su día a moderar comentarios online.

Tiene razones muy personales para dedicarle tanto tiempo a esta campaña.



Su marido es de Uganda, y ambos se han sentido enojados y asustados por el aumento de retórica racista y antiinmigrante que han percibido en las redes sociales en los últimos años.



“Al ser pareja en una Alemania muy blanca nos sentimos expuestos de alguna manera“, dice Nina. “De ahí vino nuestra convicción de que debemos hacer algo”.

“No quiero imaginar a mi hija leyendo esos comentarios cuando crezca. No quiero esta cultura”.



Nina publicó su primer comentario en nombre del grupo en febrero de 2017 después de que #IchBinHierfuera respaldado por un popular presentador de televisión alemán.



“Mi corazón latía con fuerza la primera vez que usé el hashtag“, explica. “Fue increíble sentirse respaldada por un grupo“.

En Alemania, Nina dice que los artículos sobre solicitantes de asilo o protestas por el cambio climático tienden a atraer mucha ira.



Algunos usuarios responden con insultos raciales o imágenes de armas o guillotinas. Otros comentarios y fotos pueden ser mucho peores.



¿Cómo empezó?



#IAmHere fue fundado en Suecia, donde se llama #JaGarHar, por la periodista iraní Mina Dennert.



Dennert dice que hace aproximadamente tres años empezó a notar como las redes sociales “estaban siendo inundadas por el odio”, por lo que comenzó a contrarrestar los comentarios misóginos y racistas “de una manera tranquila y no agresiva”.



“He experimentado mucho racismo a lo largo de mi vida así que no me daba miedo”, agrega.

Después de un tiempo trabajando principalmente por su cuenta, Dennert se dio cuenta de que un grupo podía tener más impacto que una sola persona.



“Me puse en contacto con otras personas. Me dijeron que era una idea fantástica, ya que se habían sentido muy solos combatiendo estos comentarios por su cuenta”.



Tras recibir atención de los medios el grupo sueco creció hasta alcanzar 75.000 miembros.

A medida que se corría la voz, grupos similares comenzaron a aparecer en otros países, por ejemplo en Italia, Francia, Eslovaquia, Polonia y el Reino Unido.



Hoy en día existen 14 grupos diferentes de #IAmHere que trabajan para alcanzar los mismos objetivos en sus respectivos idiomas.



Todos los grupos se enfocan en combatir el discurso de odio, que Facebook define como un “ataque directo a personas basado en características protegidas: raza, etnia, origen nacional, afiliación religiosa, orientación sexual, casta, sexo, género, identidad de género y enfermedad o discapacidad grave “.



El grupo alemán, #IchBinHier, fue fundado por el consultor de marketing Hannes Ley. Actualmente cuenta con 45.000 miembros.

“En diciembre de 2016 vinieron a visitarme unos amigos suecos”, explica.”Cuando bajé a la cocina una mañana uno de ellos estaba publicando comentarios en Facebook, así que le pregunté qué estaba haciendo”.



Ley dice que tuvo “una sensación realmente positiva” cuando su amigo le explicó el concepto.



“Llevaba años leyendo comentarios de odio y sintiéndome impotente por no saber cómo reaccionar”, dice. “Así que decidí crear un grupo en Alemania para combatir la multitud de mensajes”.



Ley dice que el grupo acoge diversas opiniones políticas. “Tenemos que tolerar diferentes opiniones en una democracia. Pero si se vuelve agresivo, si se vuelve violento, aquí es donde #IchBinHier interviene”.



Una lucha arriesgada



Muchos de los usuarios que crean estos comentarios odiosos están igual de bien organizados que los voluntarios de #IAmHere.



El investigador Jacob Davey, experto en la extrema derecha del Instituto de Diálogo Estratégico (ISD, por sus siglas en inglés) en Londres, explica que “los ejércitos de troles se organizan en jerarquías de estilo semimilitar”.



La lucha contra estos ejércitos de troles puede ser arriesgada. “En 2018 tuvimos elecciones Suecia y empezaron a inventarse las cosas más locas sobre nosotros, como que éramos traficantes de armas o terroristas”, dice Dennert.



Estos troles publicaron información personal de algunos de los miembros del grupo en las redes. Dennert, su esposo y sus dos hijos solicitaron protección policial cuando las amenazas se volvieron particularmente violentas.



En Berlín, Nina también ha sufrido intimidación por parte de estos troles. “Un trol mencionó a mi hija, al ver en el sitio web de mi trabajo que estaba de baja parental. Eso realmente me asustó, y pensé por un momento, ¿debería estar haciendo esto?“.



Nina admite que enfrentarse a comentarios odiosos a diario puede afectar la salud mental de los miembros. “Depende de mi estado de ánimo ese día”, dice. “Algunos días me sorprende todo lo que puedo aguantar. Otros días siento que no puedo”.



¿Debería Facebook hacer más?



Facebook ha proporcionado a los voluntarios créditos publicitarios gratuitos y apoyo para organizar reuniones.



A pesar de estar agradecidos por la ayuda, muchos miembros de #IAmHere creen que la plataforma debería hacer más para combatir el discurso del odio.



Ley dice que Facebook debería “estar a la altura de los estándares de su propia comunidad” y ser más rápido a la hora de eliminar comentarios.



En un comunicado, la compañía dice que utiliza una combinación de tecnología proactiva y moderadores humanos, y que sus esfuerzos para abordar el discurso del odio han mejorado.

Por ejemplo, asegura que ha prohibido el acceso a más de 200 organizaciones de supremacía blanca.



Desde 2018, la ley alemana exige que las redes sociales eliminen comentarios de odio al día siguiente a su publicación, y los análisis muestran que las publicaciones explícitamente racistas han disminuido en Facebook desde entonces.



Por otro lado, según una investigación llevada a cabo por el Instituto de Diálogo Estratégico, las campañas de odio coordinadas por la extrema derecha se han triplicado desde diciembre de 2017.



“No veo que esté mejorando. Yo creo que está empeorando”, dice Nina. Explica que a menudo se siente “desesperada” cuando se enfrenta con el aluvión diario de odio, y cree que “lo que decimos online terminará afectando cómo nos comportamos en la vida real”.



Pero esta es otra razón por la que sigue adelante. “Creo que me ha hecho más valiente en situaciones offline“, dice. “Hace poco dos hombres se estaban gritando en el metro y me interpuse entre ellos”.



“También me ha equipado para proteger mejor a mi hija en el mundo real. Combatir este tipo de ataques es parte de mi vida”.

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