Esto se lleva repitiendo desde hace medio año
que se sepa¡¡
Para
ellos se trata de algo sencillo. "Tú tienes un problema con alguien y
cuando ves que hablar ya no sirve de nada, te pegas y ya está", asegura
Pedro (nombre ficticio), un alumno de un colegio de Lugo que protagonizó una
bulla.
Hace un mes, un viernes por la tarde antes de su cumpleaños, J. quedó para pegarse con otro
adolescente de un colegio privado. También se llama J. y es tan
enclenque como él. Habían discutido y decidieron arreglar su problema a golpes.
Lo novedoso: a
su alrededor se congregaron un centenar de adolescentes, chicos y chicas. Jalearon,
disfrutaron, grabaron la pelea. Gritos, entre risas.
J., el Neymar gallego, dejó sangrando de la nariz al
otro chico, y el vídeo corrió por decenas de móviles de Lugo.
Ya lo llaman el
circo romano 2.0. Que
no cobra entradas, pero sí atrae a un público fiel. "Hay bulla una vez al
mes por lo menos", cuenta uno de los chicos involucrados en las peleas. Tienen reglas, árbitros y
vigilantes para que la policía no los vea. Y a ojos de algunos
de estos quinceañeros, se convierten en héroes.
En su mundo, las redes sociales, contesta uno de los luchadores
mejor considerados entre los Chungalíes, el
apodo que lucen con orgullo.
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