El 8 de marzo, es una fecha emblemática y reconocida en muchos países donde se conmemora el Día de la Mujer, para reivindicar igualdad, libertad, justicia y respeto a la dignidad de las mujeres.
Es una jornada de lucha feminista que rememora un 8 de marzo de 1908, cuando unas trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York llamada Cotton, se declararon una huelga en protesta por las condiciones insoportables de trabajo. El dueño no aceptó la huelga y las obreras ocuparon la fábrica. El dueño cerró las puertas y prendió fuego muriendo abrasadas las 129 trabajadoras que había dentro. ¡¡Terrible asesinato de mujeres trabajadoras!!
Es una jornada de lucha que nos debe de llevar a preguntarnos: ¿por qué las mujeres españolas cobran un 25% menos que los hombres para el mismo puesto de trabajo? ¿Por qué el 80% de personas en el mundo que son compradas o vendidas, son mujeres? ¿Por qué en Europa las estadísticas nos dicen que el 40% de las mujeres han sufrido algún tipo de acoso? ¿Por qué en España una mujer es violada cada ocho horas y las muertes machistas se suceden sin parar, año tras año? Por qué, por qué..!!
El machismo que es una visión del mundo que presupone que la mujer es inferior al hombre, la misoginia que es un comportamiento de desprecio y odio hacia la mujer, son expresiones de la intolerancia más antigua que práctica el ser humano, de la mitad de la población hacia la otra mitad de la población. Desde esas concepciones se justifica todo, incluso reducir a las mujeres a cosas retirando todo valor a su existencia, algo que suele acabar en violencia y crimen.
Resulta vergonzosa la indolencia social y en muchas ocasiones, de personas e instituciones que tienen posibilidad de cambiar las cosas. No solo valen gestos, se necesitan medidas e iniciativas que lleguen a todos los lugares. Hay que decir no a la subalternidad machista (laboral, económica, familiar, cultural, política…), a la misoginia que implica rechazo, aversión u odio a las mujeres, o que consiste en despreciar a la mujer como sexo y género, todo lo considerado como femenino.
Por eso hay que educar en el respeto a la dignidad de las personas, en la igualdad y libertad, en el rechazo a la opresión y a la violencia, en cualquier ámbito, y además, en el compromiso, de una manera firme, en defensa de las mujeres, movilizándonos especialmente contra el feminicidio, expresión más cruel de intolerancia.
Nadie indiferente, siempre: ¡¡ IGUALES, LIBRES Y VIVAS!!
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