(Madrid. 12 de Julio 2017)
Autoridades,
Representantes, querida Mari Mar Blanco:
En
nombre de Movimiento contra la Intolerancia, no sumamos a este
reconocimiento de Miguel Ángel Blanco, a este acto de memoria
democrática, como asociación comprometida desde su origen contra todo tipo de
violencia y terrorismo.
Hace
20 años nos convocamos y concentramos en la Puerta del Sol para salvar la vida
de Miguel Ángel Blanco. Fue una respuesta colectiva siguiendo la reacción del
Pueblo de Ermua, que contó con la sensibilidad institucional del Delegado de
Gobierno, Pedro Nuñez Morgados, y la dirección de Televisión Española, que me
permitió hacer la convocatoria de movilización ciudadana esa misma noche en los
informativos de Saenz de Buruaga.
La
reacción del pueblo de Madrid fue extraordinaria: más de 60.000 personas abarrotaban
la Puerta del Sol. Nos dirigimos a ellas Iñaki Gabilondo y yo, las
instituciones y Partidos apoyaban con su presencia. Las primeras
palabras fueron: “Miguel Ángel no está solo, ETA si está sola”, y el
grito: “Miguel Ángel Libertad” era atronador, como otros que
decían: “Democracia Sí, Terrorismo No”, “Vascos Sí, ETA No”.
Pero
no habíamos llegado de repente; ya teníamos cierta capacidad de organización
adquirida en la respuesta al asesinato de Gregorio Ordoñez con quien comenzamos
la campaña del “Basta Ya”, en Madrid, en la respuesta a la
matanza de Vallecas, en la movilización con Fernando Múgica y con el asesinato
de Tomás y Valiente en la Autónoma, en donde surgió el gesto de las Manos
Blancas y ese mismo día lo extendimos en la Puerta del Sol.
La
inmensa movilización en España y a nivel internacional supuso que los allí
concentrados creyéramos que salvaríamos a Miguel Ángel Blanco, pero era una
esperanza que chocaba con la maldad inhumana que realmente ha sido
ETA.
Quedamos
en Vigilia toda la noche, a la mañana improvisamos una
manifestación, siguiendo Ajuria Enea, y volvimos a Sol, donde hubo lipotimias,
desmayos, atenciones médicas por crisis de ansiedad, por el calor y el horror.
Hasta
que llegó el desenlace y se cometió este crimen de
odio terrorista. Las gentes se echaban las manos a la cabeza y el grito de
ASESINOS fue atronador.
Por
utilizar palabras de Tomás y Valiente: cuando mataron a Miguel Ángel
Blanco nos mataron a todos un poco. En definitiva lo que hacían era
ejecutar su Estrategia de “Socialización del Sufrimiento”, eufemismo que
ocultaba su plan criminal de lesa humanidad.
La
respuesta fue la jamás vista contra el terrorismo.
¿Pero
qué es y significa Miguel Ángel Blanco?
Sin
duda es una víctima del terrorismo, igual que las demás personas asesinadas por
la sinrazón y la barbarie terrorista.
Pero
también es un símbolo que a través del dolor compartido nos unió,
nos reforzó y nos ayudó en la lucha por la libertad, los Derechos Humanos y la
convivencia democrática en España.
Fue un
antes y un después, porque permitió que juntos defendiéramos, por encima de
ideologías, partidismos y creencias, que había que acabar con el terrorismo:
nacía el espíritu de Ermua.
Decía
Voltaire en una metáfora sobre el espíritu ético refiriéndose a los Símbolos,
que estos, como las flores, deben ser cuidados en nuestro jardín, con el que
significaba el alma de un pueblo.
Homenajear,
reconocer, confirmar nuestro compromiso colectivamente ante un símbolo de la
lucha por la Libertad y la Democracia también es un acto de memoria, a su
aportación histórica con su vida y a la aportación de un pueblo, con millones
de personas que dignifican esta conciencia.
Decía
Elie Wiesel, superviviente del Holocausto y Premio Nobel de la Paz, que quien
pierde la memoria, quien permite el olvido, quien facilita la indiferencia,
pierde su humanidad. ¡¡Y no queremos perderla!!
Lo
peor que le ha sucedido a la España Democrática ha sido la existencia y la
acción criminal de ETA. Evoco aquí palabras que en algún momento
refirieron José Luis López de la Calle, de Pagazaurtundua, y todos los JUSTOS
del País Vasco, de Lluc, de Jiménez Becerril y de todas las Víctimas en
España, y de los sentimientos aflorados por las familias, amigos y gente de
bien.
Con
el asesinato de Miguel Ángel Blanco no sucedió lo que denunciaba el historiador
romano Tácito: “Unos cometieron el crimen, el horror; algunos más lo
aplaudieron y todos lo consintieron”. Para decencia moral
nuestra, los pueblos de España no lo consintieron, nos unimos
contra el terror, contra la barbarie, nos dignificamos ante las víctimas.
Acabo,
sin ánimo de polemizar, pero trasladando un sentimiento de cientos de miles de
personas:
En
verdad que cuesta creer que 20 años después no nos pongamos de acuerdo en
visibilizar este reconocimiento.
Hace
unos días solicitamos al Ayuntamiento de Madrid y a la Federación Española de
Municipios y Provincias, visibilizar este reconocimiento y compromiso.
Y bien se ha acordado un buen lema y pancarta para el acto de las 12 en el
Ayuntamiento. “En el 20 aniversario del asesinato de Miguel Ángel
Blanco, Madrid con todas las víctimas del terrorismo”; este lema nos
parece perfecto. No menosprecia a ninguna víctima. Sin
embargo, esto que es correcto, legítimo, para la concentración durante unos
minutos. ¿Por qué no podemos colocarlo en el frontal del Palacio de
Cibeles durante estos días de homenaje?
Se
han colocado pancartas-homenaje con referencias humanistas como con la
solidaridad con los refugiados, el orgullo LGTBI y otros que dignifican a
nuestro Ayuntamiento. Sería muy humano también poder fotografiar el mensaje de
esta pancarta en el Palacio de Cibeles. Ahora que la memoria se
debilita, a los 20 años, es preciso reforzarla, poder explicar a
los adolescentes, a los que visitan nuestra ciudad, el sentido de este símbolo
de lucha por la libertad y la convivencia, de negación de la violencia y el
terrorismo. No pedimos otra cosa.
Desde un sentimiento humanista y
democrático que nos une, por favor, coloquen Ustedes esta pancarta para que
enseñemos esa imagen a las generaciones presentes y futuras y digamos que en
Madrid gritamos:
¡¡Miguel
Ángel hermano, NO TE OLVIDAMOS!!
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