21 de Marzo es
el Día
Internacional para la eliminación de la discriminación racial. Desde
1966, este día conmemora la matanza de “Sharpeville” y nosotros NUNCA
podremos olvidar que EL RACISMO MATA.
Por Julian Perdrigeat, activista del No Hate Speech Movement
Sharpeville es una pequeña ciudad
en Sudafrica. No era nada especial hasta que se cometió la masacre
el 21 de marzo de 1960, cuando 69 personas fueron asesinadas por la policía.
Hoy en día, es un hito que debe permanecer en nuestras memorias.
La
masacre ocurrió durante el Apartheid: Sudáfrica era un país colonizado, regido
por el “racialismo” (donde la gente era clasificada por razas,
definida por el color de su piel y por sus orígenes geográficos) y el racismo
(dependiendo de a la raza que pertenecieran, cada persona tenía más o menos
derechos: la gente blanca eran los más privilegiados, los mestizos en el medio
y la gente negra constituía la parte baja de la jerarquía social y económica
del país).
Esas 69 personas murieron
porque querían ser liberados del Apartheid. La gente se congregó en Sharpeville
siguiendo la llamada de sus líderes y quemaron sus “dom-passes”, esos
documentos internos usados por el Estado para restringir el derecho a la libre
circulación de la gente negra.
Durante este periodo, la gente
con origen africano en Sudafrica no tenía el derecho a votar, tampoco a recibir
una educación adecuada, ni siquiera a viajar. Es decir, ¡NO TENÍAN DERECHOS!
Eran esclavos en su propio país de nacimiento.
Un millar de personas finalmente
se congregaron alrededor de la comisaría de Sharpeville para quemar sus
“documentos de paso”. Gritaban por sus derechos, cantaban, bailaban y
celebraban su iniciativa cuando la policía comenzó a disparar. Finalmente 69
personas murieron, otras tantas fueron heridas y algunos de ellos fueron
disparados por la espalda mientras intentaban escapar.
Thabo es uno de ellos y él
nunca olvidará aquel día. Le conocí en 2013, sentado en la puerta de su casa,
en Sharpeville, cuando iba buscando algún testigo de aquel día. Él accedió a
contarme su historia en su casa. Cuando se levantó de su silla pude darme
cuenta lo difícil que era para él caminar hasta la puerta de su casa.
-
Está todavía sangrando – me dijo.
-
- ¿Perdona? – le pregunté
-
La herida. Nunca me quitaron la bala que llevo
porque está cerca de la espina dorsal, así que después de tantos años, todavía
sigue sangrando.
Cuando Thabo me contó su
historia, me recordó a la masacre en la isla de Utoya, cerca de Oslo,
donde otras 69 personas murieron el 22 de Julio de 2011, asesinadas por Anders
Breivik, un extremista de la ultraderecha quien justo promovía su odio a través
de internet, incluso antes de cometer tal atrocidad.
Desde Sharpeville, nosotros
debemos mantener la lección en nuestra memoria: EL RACISMO MATA. Y desde Utoya debemos aprender una nueva
lección: Internet es un espacio público donde el discurso de odio debe
combatirse porque puede llevar a asesinatos en el mundo real.
NUNCA LO OLVIDES y ¡actúa con nosotros!
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