El odio, como el amor, es un sentimiento humano. Por eso «nunca pueden
ser delito», suelen insistir los juristas. Pero sí lo son las
explosiones de violencia, física o verbal, que ocurren cuando esos
sentimientos actúan como 'mecha'. Víctor Laínez, de 55 años, se
convirtió este martes en la primera víctima mortal de un crimen movido
por el odio que se produce en España en mucho tiempo. Los tirantes de
sus pantalones con la bandera de España 'calentaron' el desprecio de sus
agresores, que vieron en él la imagen del tópico del «facha» y del
«franquista». Así se lo gritaron antes de agredirle con una barra de
hierro. El presunto criminal, ya detenido, es Rodrigo Lanza, un conocido
militante antisistema que tendrá que añadir el odio a los delitos de
los que puedan acusarle.
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