El director del centro de estudios se desmarca de las arengas del secesionismo catalán, que ha llegado a planear una marcha por los derechos a semejanza de la de King en 1963
Con tono grave, aferrado al púlpito, Quim Torra le dijo al mundo que Cataluña estaba a punto de tomar el testigo de Martin Luther King en su lucha contra la opresión, que su causa era tan justa como la de los afroamericanos en los Estados Unidos de la década de los cincuenta y sesenta. "Esta es la propuesta que hago al pueblo de Cataluña: o libertad o libertad. Y amparado en el mandato del 1 de octubre y tomando como ejemplo luchas como la de Luther King, propongo una marcha por los derechos civiles, sociales y nacionales de Cataluña", espetó días atrás en el Teatro Nacional de Cataluña, en el discurso que debía trazar las líneas maestras del independentismo en los próximos meses. El auditorio, entregado a la épica y el romanticismo, prorrumpió en un intenso aplauso. Una gran marcha por la libertad que asombraría al mundo, una idea fantástica. No era la primera vez que Torra hacía ondear la bandera de Martin Luther King en favor de su causa.
A 9.600 kilómetros de Barcelona, en el Instituto de Educación e Investigación Martin Luther King Jr. de la Univeridad de Stanford (California), la ocurrencia de utilizar al héroe de la lucha pacífica contra el racismo en favor de la independencia de Cataluña no ha sentado demasiado bien. Así lo confirma el director del instituto, el doctor Clayborne Carson. "No es justo que usen su figura. Luther King trataba de liberar a los afroamericanos de un sistema opresor, y no veo que formar parte de España sea una opresión. Para empezar, nadie impide a los secesionistas ejercer sus derechos humanos fundamentales, ni veo en general que sean oprimidos como grupo, así que uno y otro movimiento no son comparables. Es ir demasiado lejos"
Y prosigue: "No se puede obviar que existe una motivación económica en el movimiento de independencia de Cataluña. Se trata de una región rica que si se separase de España generaría un perjuicio a otros grupos sociales. Así que aprecio que la gente [en Cataluña] abogue por la resistencia no violenta, pero eso por sí mismo no es seguir el camino de King, porque lo que están haciendo en realidad es negar a otra gente los derechos que reclaman para sí"
Tampoco comparte Carson la analogía entre independencia y libertad en el caso concreto de Cataluña. "No tengo todos los detalles, pero no creo que separar una región rica de un país sea comparable a defender los derechos humanos. Si cada persona en el mundo tuviera el derecho a organizar un movimiento secesionista, habría 10.000 países en el mundo. ¿Y eso haría de este un mundo mejor? Yo creo que no. Luther King trataba de construir un mundo que nos uniese a todos, no uno que nos separase y levantase muros. Él trabajaba por un mundo que superase sus diferencias, no por uno que sucumbiera a ellas. Puedo entender el derecho general de la gente a formar su nación, pero deben ser conscientes de que, si lo hacen por motivos culturales o étnicos, crearán en su país una minoría de personas que se sentirán agraviadas y desposeídas de sus derechos, y que en última instancia quizá deberán abandonar su tierra. Esto ya ocurrió en el proceso de separación de India y Pakistán hace 70 años. Los musulmanes tuvieron que abandonar India y los hindúes, salir de Pakistán. Y fue una tragedia".
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