El presidente de Movimiento contra
la Intolerancia advierte que hay que contextualizar esos datos con la situación
de marginalidad que sufren muchos extranjeros
De todos los delitos que se cometieron en
España el año pasado, el 75% fueron perpetrados por españoles y el resto, por
extranjeros, según la última encuesta del INE, 'Estadística de Condenados:
Adultos. Año 2020'. Eso, en el trazo gordo, porque si nos vamos a la letra
pequeña, el asunto cambia. La tasa de condenados por cada 1.000 habitantes
de 18 años en adelante fue de 4,8 entre los de nacionalidad española mientras
que esta misma tasa en extranjeros fue de 12,6, es decir, 2,6 veces más.
Estas cifras, sacadas a partir de la información procedente del Registro
Central de Penados, hay que contextualizarlas para entenderlas. "Es una
comparación difícil porque sociológicamente los segmentos que se comparan son
muy desiguales", señala el presidente de la ONG Movimiento contra la
Intolerancia, Esteban Ibarra.
"Los inmigrantes son un colectivo que viven más en la marginalidad, en
situaciones donde la covid y el desempleo han afectado de manera enorme, y por
eso hay que ver qué tipo de delitos están cometiendo. Puede haber mucho
robo, mucho hurto, mucha infracción administrativa con resistencia que se
transforma en delito, por ejemplo, a la hora de pedir los papeles. Este
tipo de situaciones se dan en menor grado entre los españoles. Cuando se comparan
tasas sin ver contextos y circunstancias, el análisis comparativo no es muy
científico", añade.
Detrás de los números se encuentra muchas veces la realidad que los explica.
"Entre los inmigrantes hay muchas contradicciones, hay una microfísica del
delito. No es lo mismo que el hurto lo haga una familia que se ha quedado en el
paro y no tiene desempleo a que lo perpetre un ladrón experto", explica
Ibarra.
Otro factor a tener en cuenta es que la tasa de condenados de los españoles
y la de los extranjeros no son homogéneas en cuanto a la población que
representan. La mayoría de los extranjeros que llegan a España son hombres
jóvenes que quieren buscarse la vida y una vez cumplidos los 55 suelen regresar
a su país.
Y se está comparando a estos extranjeros con el global de la población española
a partir de los 18 años, donde también se mete a las mujeres y a los mayores de
55, que apenas delinquen, sostiene Ibarra.
Si observamos la tabla del INE referida a condenados según sexo, edad y
nacionalidad, se concluye que el mayor número de condenados españoles en 2020
tenían de 41 a 50 años (38.303 personas).Entre los procedentes de África,
tenían entre 21 a 25 años (2.788 personas).
·
Entre los procedentes de América, tenían
entre 41 a 50 años (3.449 personas).
· Entre los procedentes de Asia, tenían de 41 a 50 años (410 personas).
Analizando, sin embargo, las tasas por
1.000 habitantes de las personas (nacionales y extranjeras) condenadas por sexo
y edad, el grupo más frecuente fue el de 18 a 20 años tanto en el caso de
los varones como en el de las mujeres (con tasas de 19,5 y 5,4,
respectivamente).
A partir de esa edad, las tasas de condenados en la población en general van
cayendo paultinamente:
·
De 21 a 25 años: 19,2 hombre y 5,1 mujeres
·
De 26 a 30 años: 18,3 y 4,6
·
De 31 a 35 años: 17,5 y 4,1
·
De 36 a 40 años: 14,6 y 3,5
·
De 41 a 50 años: 10 y 2,4
·
De 51 a 60 años: 5,6 y 1,3
·
De 61 a 70 años: 2,5 y 0,6
· Mayores de 70 años: 0,7 y 0,2
"Con estos datos, no se puede deducir que lo inmigrantes sean más delincuentes o que cometan más delitos", defiende el presidente de Movimiento contra la Intolerancia. "Lo que hay que deducir es que hay que integrarlos más para evitar estos niveles delincuenciales".
Falta de homogeneidad en la comparación.
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