Ya llegaron las primeras personas refugiadas reubicadas desde Grecia.
Mírales a los ojos. Son como tú, como yo..Di #YoAcojo".
Es el mensaje que ha lanzado Amnistía Internacional,
una etiqueta bajo la que ha difundido uno de los vídeos más emocionantes que
has visto en estos meses en que se habla, entre el miedo y el desconocimiento,
de la "oleada de refugiados".
La
idea es muy sencilla: desconocidos de un lado y el otro de la frontera,
refugiados y miembros de países de acogida, puestos frente a frente durante
cuatro minutos. Porque es tiempo suficiente de contacto visual como para que
surja la empatía, el entendimiento, la necesidad de conocer al otro, de
contarle tu vida y escuchar la suya, de ayudar e integrar.
Amnistía
ha reunido a personas de Polonia, Reino Unido, Bélgica o Alemania con sirios y
somalíes, personas de otro color, otra religión, otra manera de vestir. Y
siempre logra el mismo resultado: una mano tendida, un abrazo, lágrimas
compartidas. Hay mayores que gesticulan con los dedos para comunicarse su edad;
niños que echan a correr juntos, a jugar aunque no entiendan lo que dicen;
jóvenes que se intercambian los teléfonos por si pueden quedar...
Una
preciosa iniciativa para concienciar a una Europa en la que, al menos sus
dirigentes, siguen actuando ante esta emergencia hasta vulnerando la declaración de
derechos humanos.
Y que se ha convertido en viral en las redes
sociales.
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