La marcha partió de Fuente Dorada camino de los juzgados de la calle Angustias.
El recuento, al paso de la concentración por la plaza de la Libertad,
fue de 2.900 personas. La Policía ofreció una cifra de asistencia de
1.500. Frente a la sede judicial, Marisol Morais, de la Coordinadora de
Mujeres, leyó un comunicado en el que se criticó una «sentencia
retrógrada donde no se garantiza la protección a las víctimas de
violencia sexual y que es un insulto para todas las mujeres y para los
hombres que luchan también por la igualdad».
Conchi Minayo, de la Asociación de Asistencia a Víctimas de Malos Tratos (Adavasymt), insistió en la «indignación» ante el auto
y criticó «la mentalidad de los jueves en la interpretación de la ley,
porque con estas mismas leyes hay otros que están en prisión». Además,
celebró que el movimiento se haya revitalizado con voces jóvenes. «Todas
somos necesarias y es una alegría ver que hay tanta joven luchando por
sus derechos», dijo Minayo. «Con esta sentencia –concluyó el manifiesto–
se lanza un mensaje de impunidad a los machistas, a los violadores».
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