Sólo en España, 11,8 millones personas (25,3%
de la población) se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. Se
percibe una leve mejoría en la tasa general pero la pobreza ha aumentado ya que
hay colectivos que no perciben dicha mejoría.
La aporofobia, es el odio y rechazo a
las personas pobres. Según datos de Hogar Sí y el Observatorio Hatento en
nuestro país la mitad de las personas sin hogar habrían sufrido agresiones,
humillaciones e intimidaciones motivadas por la intolerancia y los prejuicios,
el 83% de las personas sin hogar víctimas de un delito de odio no
lo han denunciado y algo también preocupante que interpela al conjunto de
la sociedad, el 68% de los testigos de delitos de odio no actuaron.
En todo el
mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al
día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento
adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
La pobreza no es solo una cuestión
económica. Por ese motivo, debemos dejar de observarla exclusivamente como una
falta de ingresos. Se trata de un fenómeno multidimensional que comprende,
además, la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad.
La pobreza es en sí misma un problema
de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones
de los derechos humanos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples e
interconexas de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
y las personas que viven en ella se ven expuestas regularmente a la denegación
de su dignidad e igualdad.
Reducir la pobreza y erradicarla es
por tanto una obligación de todas las sociedades.
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