jueves, 6 de julio de 2023

El presidente de Movimiento contra la Intolerancia afirma que la víctima no está suficientemente protegida y necesita más apoyo jurídico y asistencial.


Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, afirma que las víctimas de delitos de odio no están suficientemente protegidas y necesitan más apoyo jurídico y asistencial.

Para mejorar esta situación, plantea 10 medidas, que explica en Confilegal.

Este experto participa en la Comisión de seguimiento del plan de acción de lucha contra los delitos de odio, vigente desde 2019, de la que también forman parte la oficina nacional de delitos de odio del Ministerio del Interior, la Fiscalía, la Policía, y varias ONGs, entre otros.

Ayer se celebró la reunión de seguimiento del segundo plan, en vigor desde 2022 y que se extiende hasta 2024.

Y en ella, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, magistrado en servicios especiales, informó de que los delitos de odio por racismo y xenofobia, con 755 hechos, son los más numerosos y representan el 43,5% de total de las denuncias.

Le siguen los delitos de odio cometidos en los ámbitos de la orientación sexual e identidad de género, con 459 incidentes, y los delitos de ideología con 245 sucesos.

En primer lugar, Esteban Ibarra considera que hay un déficit de trabajo para abordar en profundidad las propuestas y la aplicación del plan de acción, porque “no ha habido reuniones”.

“Esto es una comisión de seguimiento, pero faltan reuniones de trabajo con quienes estamos al pie del cañón, que tendrían que haberse producido en el último año”, señala.

1. CREAR LA FIGURA DE LA ALTA AUTORIDAD DE IGUALDAD DE TRATO

Según informa Esteban Ibarra, hay denuncias de discurso de odio que se presentan en la Fiscalía y que luego ésta traslada a la alta autoridad de Igualdad de Trato para que concrete su sanción.

Pero resulta que esa figura no existe, no se ha creado todavía, por lo que “las denuncias se duermen en un cajón”.

“De las que yo he presentado en el último año, que son más de 130, unas 40 se han derivado a dicha autoridad, por lo que estamos sin respuesta”, critica Ibarra.

Y afirma que “la culpa es del Gobierno por no crear esa figura”.

2. IDENTIFICAR LOS SÍMBOLOS DE ODIO

Además, este experto en criminalidad de odio afirma que las agresiones directas a víctimas muchas veces no se identifican bien.

Al respecto, pone como ejemplo que los agresores llevan símbolos de odio en las prendas que visten o tatuados en el cuerpo, “como, por ejemplo, un número, el 88, que significa “Heil Hitler”, y se representa con un 88 porque la H es octava letra del abecedario, o símbolos que ponen “All Cops Are Bastards” (A.C.A.B), que significa “Todos los policías son unos bastardos” y que lucen muchos extremistas”.

“No se ha avanzado en la identificación de los símbolos de odio y nos encontramos con que hay desconocimiento”, manifiesta.

3. PROPONE QUE SÓLO SE COMUNIQUEN LOS MENSAJES DE ODIO A LAS EMPRESAS DE REDES SOCIALES CUANDO YA HAYA  ACTUADO LA FISCALÍA

En materia de denuncias, afirma que tenemos un gran problema con los denominados comunicantes fiables, ‘trusted flagger’ en inglés.

Lo que sucede actualmente, según explica, es que los comunicantes fiables notifican a las empresas de redes sociales que hay un mensaje de odio en Facebook, Twitter, etc.

En paralelo, hay organizaciones como Movimiento contra la Intolerancia que denuncian esos presuntos delitos ante la Fiscalía.

El problema que detecta Esteban Ibarra es que “el Ministerio Público tarda un tiempo en entrar en ello y como el comunicante fiable ha alertado a la empresa, ésta retira el mensaje, lo que hace que luego no se encuentre la dirección electrónica del autor”.

Por ello, propone que sólo se comunique a las empresas después de que haya hecho el trabajo la Fiscalía y luego dé orden de su retirada.

“Si no, este planteamiento de los comunicantes fiables, al final ayuda al infractor, que se escapa”, subraya.

4. RECLAMA QUE EL SISTEMA DE RECOGIDA DE DATOS DEL MINISTERIO SEA MÁS SÓLIDO

Asimismo, afirma que el sistema de recogida de datos por parte del Ministerio del Interior es poco sólido.

“Por ejemplo, en materia de antisemitismo se recogen muy pocos datos. La Policía y la Guardia Civil son los que comunican los incidentes y no siempre tienen la formación adecuada para identificarlos. Y si no detectan el antiseminismo, por ejemplo, parece que no hay”, expone este experto.

Además, señala que no coinciden los datos de delitos de odio que maneja el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con los de la Fiscalía, y los del Ministerio. “Por eso digo que el sistema tiene que ser más sólido”, agrega.

5. EL REGISTRO DE SUCESOS A VECES NO CONCUERDA CON LOS DATOS QUE TIENEN LAS ORGANIZACIONES

El presidente de Movimiento contra la Intolerancia también asevera que el registro de sucesos a veces no coincide con algunos datos que tienen las organizaciones.

“Por ejemplo, si en Cataluña el plan ha registrado 45 delitos de odio ideológico en 2022, mientras que el Observatorio cívico de la violencia política recogió más del triple, 156, la mitad de ellos de hispanofobia, por lo que el delito de odio ideológico no está bien detectado por el Ministerio”, expone.

También pone como ejemplo que en Guipúzcoa, el año pasado sólo se identificaron cinco delitos de odio ideológico, y ve muy raro que sólo haya cinco en esa provincia.

“Esto lo tienen que resolver”, sostiene Ibarra.

6. MONITORIZAR LOS SUCESOS

Otro problema que detecta, y que viene señalando desde hace muchísimos años, es que el plan no monitoriza los sucesos.

“El Ministerio del Interior informa en la estadística de 1.869 delitos de odio registrados, pero lo importante es la monitorización, las seis cuestiones clásicas del periodismo: qué ha sucedido, dónde, cuándo, cómo, por qué y quién lo ha hecho. Y eso el informe no lo recoge”, explica.

En Movimiento contra la Intolerancia sí tienen monitorizados los sucesos en el Informe Raxen, y también el Observatorio de violencia político en Cataluña, y esto permite, según advierte este experto, detectar grupos extremistas que realizan incidentes de odio.

7. AMPLIAR LA AYUDA EN ATENCIÓN JURÍDICA A LAS VÍCTIMAS MÁS VULNERABLES ECONÓMICAMENTE

Esteban Ibarra también manifiesta que “no se ha resuelto la ayuda a las víctimas más vulnerables económicamente en materia de atención jurídica”.

“Por ejemplo, si una familia de dos personas es agredida y no cumple los requisitos para la justicia gratuita, que son 1.350 euros de ingreso máximo, se ve sin la ayuda necesaria”, critica.

Y pide ampliar estas ayudas.

8. PRESTAR UNA ADECUADA ATENCIÓN JURÍDICA A TODAS LAS VÍCTIMAS

Además, destaca que existe descoordinación entre instituciones públicas y sociedad civil a la hora de prestar servicios de asesoramiento y orientación.

Afirma que es necesario articular un sistema para prestar una adecuada atención jurídica a todas las víctimas de delitos de odio, ya que el apoyo en asesoramiento está transferido a las comunidades autónomas y la apuesta es desigual.

“No puede ser que en unas comunidades haya más apoyo y en otras menos”, apostilla.

9. EL DERECHO DE LA VÍCTIMA A DENUNCIAR ACOMPAÑADA

Según el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, “también hace falta que en comisarías y juzgados se reconozca el derecho de la víctima a que pueda denunciar y asistir a diligencias acompañada; un derecho reconocido en el artículo 4 del Estatuto de la Víctima, vigente desde 2015 y que al parecer se desconoce, y no permiten la presencia del acompañante de confianza”.

10. LA PROTECCIÓN UNIVERSAL DE LA VÍCTIMA

Asimismo, denuncia que sigue pendiente la protección universal de la víctima de delito de odio.

Y reclama al Gobierno que con motivo de la presidencia europea traslade al Consejo Europeo que amplíe los motivos de protección de las víctimas de delitos de odio, porque actualmente el Tratado de la Unión Europea sólo recoge cinco: “raza”, etnia, color de piel, religión y origen nacional o étnico”.

Esteban Ibarra subraya que hay nuevos motivos como la orientación sexual y la identidad de género, la aporofobia y el odio ideológico, entre muchos otros, y que por eso la ONU señala que puede haber “cualquier otro factor de identidad”, como también es, por ejemplo, el tema lingüístico.

Ibarra recuerda que la Comisión Europea ya dijo en diciembre de 2021 que habría que ampliar la lista de delitos de odio.

“Esta reivindicación está amparada en la Constitución española y la universalidad de los derechos humanos”, concluye.

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