“Las
devoluciones en caliente violan los derechos humanos”
Como nosotros, miles de personas se reúnen en
distintas ciudades de España, Francia, y algunos otros países para denunciar,
en silencio, la vulneración de derechos de las personas inmigrantes en los CIEs
y en otros muchos lugares. En el silencio se hacen especialmente presentes las
heridas de la humanidad, el egoísmo que margina y no deja oír los gritos de los
débiles. En el silencio percibimos que nada humano nos es ajeno. En el silencio
se dan cita los dolores y gozos de la humanidad.
Hace dos meses advertíamos de los peligros que iba a
suponer la gran redada policial europea llamada Mos maiorum, del 13 al 26 de
octubre. No ha sido la única ni la primera, quizá si la más extensa. Con el
objetivo de combatir las mafias y los grupos del crimen organizado, se procede
a la identificación masiva de personas por su perfil racial, color o
nacionalidad. Esto por un lado genera miedo, especialmente entre las personas
sin permiso de residencia; y por otro lado contribuye a generalizar una imagen
del inmigrante como posible delincuente.
En este sentido nos gustaría recalcar, también a nivel
local, la identificación que se ha hecho de personas sin hogar inmigrantes con
personas delincuentes, peligrosas e indigentes.
Por otra parte, asistimos día sí y día también a
intentos de salto en las verjas de Melilla y de Ceuta, junto con pateras que
siguen llegando a las costas del sur de España. Como ha dicho el Papa Francisco
recientemente al parlamento Europeo: “No se puede tolerar que el mar
Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”. La historia desgraciadamente
se repite: las graves situaciones de pobreza y de guerra en muchos lugares del
mundo expulsan a miles de personas de sus respectivos países. La epidemia del
virus del Ébola ha puesto de manifiesto que en Europa solo nos preocupamos de
estos problemas cuando llegan a nuestras puertas. ¡Qué triste y qué mirada más
corta! Además, lamentamos y denunciamos algunas actuaciones policiales que han
tenido lugar en las fronteras donde ha habido casos palpables de vulneración de
los más elementales derechos humanos, las expulsiones sumarias o las
desgraciadamente famosas, devoluciones en caliente.
Estamos preocupados y denunciamos la modificación a la
Ley de Extranjería que pretende legitimar las expulsiones sumarias en la
frontera de Ceuta y Melilla, un proyecto de Ley que criminaliza la pobreza y la
movilización social y da cobertura legal a una práctica ilegal que se viene
constatando desde hace tiempo y no va a aportar soluciones a ninguna de las
causas por las que las personas migrantes abandonan sus países de origen para,
tras un arduo camino, llegar ante las fronteras de Ceuta y Melilla. En
definitiva, sólo se logrará incrementar el sufrimiento de las personas y no se
reducirán las llegadas.
Con voz fuerte y convencida decimos una vez más: CON
PAPELES O SIN PAPELES, SOMOS PERSONAS CON DIGNIDAD. Todos. La dignidad nos la
da el hecho de ser personas. No viene de la nacionalidad o los papeles que
tengamos. Y por tanto, todos merecemos un trato digno. En las fronteras y en
Valladolid. En la convivencia y en el trabajo, en la sanidad y en la educación,
en los comentarios personales y en la opinión pública. Y a la vez que pedimos,
los aquí reunidos nos comprometemos a respetar y promover la dignidad de
cuantos nos rodean. TRATO DIGNO PARA TODOS.
Círculos de Silencio, 19 de diciembre de 2014
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