Los psicólogos que trabajan en las aulas cacereñas están percibiendo demasiados casos de aversión al sexo femienino, así como homofobia y xenofobia, llegando al acoso en algunos casos.
Estas edades en las que todavía hay solución son el germen de conductas violentas que podemos ver años después, como el maltrato a padres, parejas... Algunos casos se perciben ya de forma clara desde el acoso en los colegios.
«Resulta sorprendente comprobar cómo unos niños pueden rechazar
abiertamente relacionarse con las niñas diciendo que no les gustan, o
las cosifican, incluso en las primeras relaciones de amistad tiene un
afán posesivo hacia ellas»
Las conclusiones las da la presidenta de la Fundación Inpa-Framaguad, coectivo que este año impartirá talleres en una decena de centros educativos de Cáceres.
«La intolerancia, el odio o la aversión se aprenden, por eso hay que
prevenirla en grupos que son básicos en la socialización como la familia
y la escuela, los ámbitos en los que los niños pasan más tiempo. Actuar
con la familia es más difícil muchas veces, pero en la escuela podemos
hacerlo y lo estamos haciendo», indica la psicóloga.
Y ojo, porque los niños aprenden por modelos, tanto de los padres
como de los medios de comunicación y por supuesto de internet. «Tienen
1.060 horas de formación en el curso académico y 1.150 de deformación en
torno a internet. Hay jóvenes enganchados a las nuevas tecnologías, a
los vídeojuegos, los padres nos piden ayuda y afortunadamente hay
solución», concluye.
Más información AQUÍ
Más información AQUÍ
0 comentarios:
Publicar un comentario