Una simple decisión, un sí o un no, puede hacer que la vida cambie totalmente de un momento a otro. Pero en 1955, Rosa Parks dijo “NO” y esta simple sílaba bastó para iniciar una de las batallas más grandes en Estados Unidos, la lucha contra la segregación racial.
Rosa Louise McCauley nació el 4 de febrero de 1913 en Alabama. Fue hija de un carpintero y una maestra de escuela.
En esa época estaban vigentes las leyes de Jim Crow, mediante las cuales, los afroamericanos debían tomar conciencia de su inferioridad.
Los negros no podían compartir espacios públicos con los blancos. Era
común encontrar carteles en las escuelas, cines, restaurantes o lavabos,
en los que había una leyenda que decía: “Negros No”.
El 1 de diciembre de 1955 ocurrió algo que cambiaría la historia y que ocasionaría que Rosa Parks fuera conocida en todo el mundo. La mujer, de 42 años de edad, regresaba a casa después de salir de su trabajo como costurera en un establecimiento de Montgomery.
Como todos los días tomó el autobús. El
vehículo estaba dividido con una línea que indicaba que los blancos
ocupaban los lugares de adelante y los negros, atrás. Rosa subió, pagó
al conductor y bajó del autobús para volver a subir, pero por la puerta
trasera.
Parks ocupó uno de los asientos de en medio,
estos podían usarlos los negros en caso de que ningún blanco lo
requiriera. Esa parte se llenó y un joven blanco subió al camión. El conductor ordenó a Rosa y a cuatro afroamericanos más, que se levantaran y le cedieran su asiento. Los tres hombres se levantaron, pero ella permaneció inmóvil.
El chofer se acercó a ella a pedirle que se
levantara o llamaría a la policía para que la arrestaran. Rosa no se
inmutó y sólo contestó: “puede hacerlo”. Y lo hizo. Rosa fue detenida y multada con 14 dólares por su desobediencia a las leyes del país.
En sus memorias señala que mientras más
obedecía, peor los trataban, y que aquel día estaba cansada, pero sobre
todo, estaba harta de ceder todo el tiempo. Lo que ella no sabía, es que
este simple acto de rebelión, prendería la llama del movimiento contra esas leyes discriminatorias, lo cual llamó la atención de Martin Luther King, quien aún no se convertía en el líder de esta lucha.
Él organizó una serie de protestas contra la segregación en
los autobuses públicos de Montgomery que duró 382 días. Participaron 30
mil afroamericanos en marchas de hasta nueve kilómetros. El caso Parks llegó a la Corte Suprema, que declaró que la segregación era una norma contraria a la constitución estadounidense.
En 1957, Rosa y su marido se establecieron en Detroit, Michigan, donde siguió luchando por la defensa de los derechos civiles.
Tras el fallecimiento de su esposo, en 1977, fundó el Rosa and Raymond
Parks Institute for Self-Development, dedicado al desarrollo personal.
En 1996 recibió la medalla presidencial de
la Libertad y en 1999, el Congreso le dio la Medalla de Oro, la máxima
distinción civil en su país.
Rosa Parks falleció el 24 de octubre de 2005, a los 95 años de edad. Pero nadie olvidará la valentía con la que enfrentó las injusticias de su tiempo.
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