La
autopsia realizada al hombre senegalés fallecido el pasado jueves en el
barrio de Lavapiés ha revelado que
tenía una enfermedad congénita en el corazón, según fuentes policiales.
El examen a Mame Mbaya ha descubierto que tenía un defecto cardíaco que
probablemente desconocía. «Tenía el corazón muy deteriorado y no
correspondía a su edad», señalaron las mimas fuentes. Los forenses
además no encontraron ningún golpe o traumatismo en el fallecido.
Sus allegados señalaron que no sabían nada de sus problemas patológicos en el corazón y que jugaba con asiduidad al fútbol.
Ya
el mismo jueves se indicó que Mame perdió la vida de un paro cardíaco y
que se trataba de una muerte natural. Un amigo se encontró con él
cuando caminaba a su casa y le dijo que se encontraba mal por lo que
decidió acompañarle. Poco después, se desplomó al suelo y empezó a echar
espuma por la boca.
Varias
personas se acercaron al hombre y, posteriormente, llegaron dos agentes
de la Policía Municipal que empezaron a realizar maniobras para
reanimarle hasta que acudieron los médicos del Samur.
En
contra de lo que se pensó en un principio, Mame no había sido
perseguido por ningún agente y esa tarde no había estado ejerciendo la
venta callejera de productos.
Sin
embargo, varios manteros y amigos de Mame, al ver que había dos
policías a su lado, pensaron erróneamente que había tenido un altercado
con los agentes y se empezaron a congregar en la calle. La tensión fue
aumentando y se desataron los disturbios en el barrio que acabaron con
numerosos daños en el mobiliario urbano, en tres
sucursales bancarias, en coches patrulla de la Policía Municipal y en
coches de Bomberos.
En
el Instituto Anatómico Forense de Madrid se encuentra el cadáver de
Mame sobre el que ningún familiar o amigo se había interesado hasta ayer
tarde.
En el barrio, ya hay varias personas que están haciendo una colecta
para conseguir los 6.000 euros necesarios para repatriar su cuerpo a
Senegal. A esta iniciativa se ha sumado el presidente del Movimiento
contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.
El hombre
fallecido tenía 35 años y sobrevivía con la venta de artículos
falsificados en la calle. Llevaba 14 años en España y había intentado
sin éxito en dos ocasiones regularizar su situación, según sus amigos.
Su
verdadera pasión era el fútbol y organizaba encuentros en el barrio.
Aspiraba a ser entrenador de equipos de niños y era un seguidor
entusiasta del Real Madrid y de la selección de su país. Además, parte
del dinero que sacaba de la venta callejera lo destinaba a su familia en
Senegal.
Como
consecuencia de los incidentes ocurridos en la noche del pasado jueves,
la Policía Nacional detuvo a seis personas, uno de ellos menor de edad.
Ninguno de ellos tiene antecedentes policiales aunque se sospecha que
pertenecen a grupos antisistema que, convocados por las redes sociales,
acudieron a Lavapiés para participar en las revueltas contra la Policía
Nacional. Los cinco adultos pasaron ayer tarde a disposición judicial.
Asimismo, otro ciudadano senegalés de 54 años fue
atendido también el viernes en la calle Olivar (ubicada en Lavapiés)
por un ictus, siendo trasladado al hospital Clínico de Madrid donde
falleció a las pocas horas.
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