El rapero atiende a ‘Público’ para hablar del fin de su etapa publicando discos, aunque inevitablemente todo acabe girando en torno a la actualidad, la importancia del rap en el mundo y los errores que ha cometido durante su carrera.
“A veces creo que en realidad todo es un sueño”, dice sobre su vida Domingo Antonio Edjang Moreno (Torrejón de Ardoz, Madrid, 1977), más conocido como El Chojin, en su tema Desde que tengo memoria. Lleva 20 años siendo una de las voces más importantes del rap en España, pero deja claro tras cada pregunta que sus opiniones son pequeñas e irrelevantes.
Es el rapero español con más álbumes publicados y reconoce que, por poner un pero a su carrera, se ha quedado con la espinita de obtener un disco de oro. El próximo diciembre sale a la luz su álbum …y el último, que hace honor a su título y supondrá el cierre de su etapa en elepé. Con la industria musical muerta, se quiere dar el capricho de publicar su último disco sabiendo que no habrá un próximo. Recibe a Público en los Energía Estudio, donde dice, lo ha grabado todo.
Dice que este elepé es el último porque quiere elegir el final y no encontrárselo de golpe. ¿No le da más miedo aún saber que no habrá más discos?
No, porque entonces no habría tomado esta decisión. Una cosa es el final de la carrera y otro el final de este ciclo. No quiero pensar que soy esclavo de los discos. A partir de ahora, cuando muestre mi trabajo, será algo diferente, porque ha cambiado la forma de consumir. La gente ya no consume discos e invertimos mucha energía y mucha creatividad en algo que está en desuso y no termina siendo valorado, porque el público solo quiere escuchar un tema.
Como consumidor de música, me da pena, porque vivo en Torrejón de Ardoz y para comprar un disco tengo que ir hasta Madrid. Las cosas han cambiado mucho. Cuando sacabas un disco, para saber si había funcionado tenías que esperarte seis meses a que te llegaran los royalties, y durante ese tiempo te desentendías. Ahora sacas un tema y a los cinco minutos miras en redes a ver si funciona, miras estadísticas, comparas con el vídeo anterior, ves que ha coincidido con un Madrid-Barça y eso ha afectado a sus visualizaciones… Ahora hay artistas que sacan canciones cada dos semanas. No creo que sea la manera ideal, pero yo no soy nadie.
Shotta, SFDK, Kase O… Muchos raperos hablan de dejar de lado los discos e incluso la música a partir de cierta edad, pero vemos a Dylan con 70 años haciendo giras
Es que nosotros no tenemos a nadie por delante que nos diga con qué edad se puede rapear. Hubo una generación previa a la nuestra pero no continuó. Los viejos en activo somos nosotros y no sabemos hasta qué edad se puede rapear porque no tenemos referentes.
No creo que haya una fecha de caducidad y es cierto que con el tiempo vas mutando, pero en principio no tengo intención de dejar los escenarios. Como representante del rap y como fan de esto, hasta que yo no me muera el rap no estará muerto.
¿Hay relevo generacional?
Durante muchos años creíamos que no, pero los que estábamos arriba hacíamos tapón y siempre cerrábamos los mismos los festivales. Pero desde hace cinco o seis años que una nueva generación se ha establecido.
¿Sigue tirando beefs?
No, no, qué va. El beef [frases críticas o menosprecios a otro rapero dentro de una canción] me parece genial para jugar, pero ya no es mi motivación enfrentarme nadie. Hay que entender el beef dentro de su contexto. El rap surge en los 70 en el Bronx: bandas, crack, luchas civiles, Panteras Negras.. El rap llega para decirle a la gente que los afroamericanos y los latinos son alguien, que existen. Y hay frases que si las dices muchas veces, el resto se las terminan creyendo.
Ya que dice lo de repetir algo para convertirlo en verdad, ¿Vox es un partido más?
No, para nada. Es bueno que se destapen, que se les vea la cara y se cuenten. Que se sepa cuantas personas añoran a Franco, que son 2,7 millones de personas. Cometemos el error de engañarnos diciéndonos que vivimos en una sociedad en lugar de aceptar la auténtica. Que no les veamos no quiere decir que no existan.
Creo que hemos vivido 30 o 40 años excepcionales y hemos creído que eso era lo normal. En España se decía que no había fascismo, aunque nosotros decíamos que sí, pero no teníamos con qué compararlo. Podíamos decir lo que quisiéramos, pintar las calles… Todo valía. Podíamos quejarnos de un montón de cosas, pero viéndolo con perspectiva no merecían tanta queja, porque vivíamos bastante bien.
Ahora hemos vuelto a lo normal. El fascismo ha existido siempre y ha sido la forma de gobierno en la mayoría de las sociedades: la exaltación de valores comunes ficticios, el nosotros contra ellos, la falta de empatía al diferente, imposición de valores morales… El otro día Rivera decía “hemos ganado los buenos”, porque para ellos hay unos malos.
¿Qué diferencias hay entre Vox, Ciudadanos y PP?
Son lo mismo con distintas estrategias electorales. Comparten ideología y discurso, pero hacen sus cálculos. España es un país bastante templado, así que para cazar a la gente templada saben qué decir y qué no. Las cosas han cambiado, pero son la misma marca con distintos discursos.
También ha cambiado la percepción sobre el racismo. Antes ser racista era un insulto, ahora es una opción. Ahora puedes tener amigos que son racistas. Es lo peor que puede pasar con la lucha contra el racismo.
¿Cualquier opinión es respetable?
Es absurdo, eso son chorradas. El respeto es para quien se merece respeto. No te voy a colgar de un pino, pero no respeto esas actitudes, me parecen mierda. Cuando era joven pensaba que los libros te daban algo, pero te encuentras con gente que ha leído mucho y que piensa que las Trece Rosas eran violadoras.
Al rapero se le etiqueta automáticamente como antisistema, y tal vez por esas expectativas, se echa de menos más posicionamiento sobre la sentencia del ‘procés’, la libertad de expresión…
No se puede exigir a nadie decir nada que no sienta. A mí se me exige constantemente que me posicione sobre todo lo que ocurre, sin darme tiempo a leer, a aclararme… Tengo cierto cuidado, porque como persona medianamente pública siento que es injusto que reaccione, porque no me piden que me posicione, quieren que haga de altavoz de unas posiciones. Lo peor que podemos hacer es reaccionar en caliente.
Reconozco que tengo un cuidado que me gustaría no tener, pero porque tengo que intentar no arrepentirme de lo que digo. Cuando uso una red social hablo con mucho tiento.
Uno de mis mejores amigos es de Tarragona e independentista de toda la vida, y le entiendo. Además, en temas de sentimientos prefiero no meterme porque es complicado. Pero me dice que él quiere tener un país feminista, antirracista… ¡Y quién no! Pero que tú quieras eso no quiere decir que eso pase, porque vas a tener vecinos racistas y machistas. Además, no me puedes decir que Puigdemont solo por ser catalán tenga más que ver contigo que yo, que hemos leído los mismos libros, visto las mismas películas, escuchado la misma música y nos hemos comido los mismos atascos. Ese tío es un burgués al que no le importas una mierda, bajo mi punto de vista.
¿Y hay algo de lo que arrepentirse? ¿Alguna letra que no pase el filtro de los años?
De letras, la verdad que no, pero hay un tema con el que la cagué y me arrepiento un montón. Me llamaron para hacer una promoción del Madrid-Barça. Era sobre el respeto entre aficiones, y es que a mí el fútbol me da igual, pero no me gustan las rivalidades y las banderas. Me dicen que me van a pagar, pues venga, que es una chorrada. En el momento en el que tengo que subir el vídeo a Twitter es cuando me doy cuenta de que detrás de todo hay una casa de apuestas. En ese momento no hice bien, porque yo no quería hacerlo, pero me había comprometido con ellos.
Por poner en contexto, yo no bebo alcohol. Es culpable de muertes en carreteras, destroza en familias…, es lo peor de esta sociedad. Pero la gente hace anuncios de cervezas y no pasa nada. Yo no apuesto ni me gusta el juego. No le di importancia y reconozco que una parte de mí me decía que no estaba bien, pero era solo un tuit. En cuanto lo hice me arrepentí. Y me arrepiento un montón, pero de cara a mi honestidad conmigo mismo, fue algo que no debí hacer.
No me gustan las apuestas y es un error pensar que tu esperanza para salir de una mala situación es apostar. No piensas en cambiar el sistema, sino en ser rico como el de arriba y salir de tu agujero. La frase de que las casas de apuestas son la nueva heroína no me gusta. Un vecino mío murió de sobredosis en el portal y le vimos ahí muerto. Pero también tengo el conflicto de que la gente debe poder hacer lo que quiere. ¿Y qué hago? ¿Te impido hacer algo? No sé, si yo fuera un dictador no habría casas de apuestas.
¿Si todo lo que le pasó a Lírico, de Violadores del Verso, acusado de una agresión a una mujer, le hubiera pasado a Sabina o Alejandro Sanz, el mundo del rap hubiera reaccionado tan comedidamente?
[Se lo piensa] No he querido hablar del tema. Lírico es mi amigo, tengo conocimiento de causa más que el resto de la gente. Me han pedido que me posicione, pero hay cosas más importantes que lo público, y tengo derecho a hablar de lo que me apetezca. Lírico es una persona a la que quiero y si eso vale, bien, pero si no vale, pues que me denuncien. Lírico se merece ese respeto como persona.
¿El rap es arte revolucionario?
Totalmente, y si tengo que elegir, es más revolución que arte. Soy el ejemplo de que el rap cambia las cosas y lo he visto con mis ojos en cientos de miles de personas. En España somos unos pijos, tenemos problemas, pero del primer mundo. En una favela de Brasil está la Casa del Hip Hop, y consigue que muchos chavales eviten caer en la droga. He visto cómo en Guinea usan el rap para sacar a los chavales lo que llevan dentro y en Palestina igual. Allí lo usan como algo catártico. Es una victoria democrática de lo que el púbico quiere escuchar.
El rap es mucho mas importante de lo que los intelectuales creen. No es un tío con gorra diciendo tonterías. Sin el rap mucha gente se hubiera quedado sin voz, nos habríamos quedado sin saber lo que mucha gente piensa. Aunque vamos por el buen camino, es verdad que se nos separa de la música. Seguimos siendo un hermano pobre, se nos sigue sin considerar músicos o artistas al 100%. A muchos de nosotros se nos respeta intelectualmente, pero no al movimiento.
El rap (y el regguetón) han llegado donde nadie; me refiero a lo de Puerto Rico: Bad Bunny y Residente tumbando a un gobernador.
¡Sí! Es increíble, lo hablé con Residente, se me ponen los pelos de punta. Precisamente él tiene un montón de haters porque no hace la revolución como otros quieren que haga, y es una zorra del capitalismo y bla, bla, bla, pero tiene un poder enorme y lo usa. Es un ejemplo perfecto de hasta qué punto la palabra puede terminar aglutinando un sentimiento que se convierta en algo.
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