El único mayor de edad implicado en la agresión racista en el metro de Barcelona el pasado 28 de junio y que grabó los hechos, ha declarado este martes en el juzgado que investiga el caso que la agresión y el hecho de colgar el vídeo en Internet fue una “chiquillada”. Según él, la agresión fue la respuesta a una provocación previa del joven mongol y no fue premeditada.
Además, el joven ha negado que los mensajes y vídeos que cuelga en Internet a favor de la raza blanca y Hitler sean racistas. El menor de edad que cometió directamente la agresión está internado en un centro de menores después que se negara a declarar ante la Fiscalía de Menores.
Aquel sábado 28 de junio por la noche, los tres implicados, subieron al metro en la estación de Universitat de la Línea 1. Dos paradas más adelante, en Urquinaona, subió un joven de 25 años de origen mongol y vecino de Santa Coloma de Gramenet. Por causas que aún no están del todo claras, entre las estaciones de Sagrera y Fabra i Puig, el menor de edad detenido se encaró al joven asiático y después de un breve intercambio de palabras empezó a golpearlo con las manos en la cara.
Esto provocó un cierto ajetreo en el vagón ya que varias personas intentaron interponerse en la agresión. Ya en la estación de Fabra i Puig uno de los pasajeros echó a la víctima del vagón que se quedó sentada en el andén. Aun así, pudo volver a subir en el mismo convoy mientras que el agresor y dos de sus acompañantes se bajaron allí y salieron de la estación.
El intercambio de palabras y la agresión dentro del vagón fueron grabadas por un teléfono móvil de un acompañante del agresor hasta que la víctima fue expulsada del vagón. Este acompañante subió el vídeo a Internet y fue entonces cuando las redes sociales empezaron a hacerse eco llegando a concretar detalles de la identidad del agresor y del chico que colgó el vídeo. Esto y la denuncia de la víctima permitieron a los Mossos actuar con rapidez y detener al agresor antes que pasaran 48 horas.
En el procedimiento seguido contra los dos menores, estos se negaron a declarar ante el fiscal y el juez aunque ahora uno de ellos ha pedido poder hacerlo. El agresor directo del joven mongol tendrá que estar ingresado al menos hasta septiembre en un centro de menores. El proceso contra el único de los tres que había cumplido 18 años está en un juzgado ordinario y seguirá una vía paralela y probablemente más lenta.
Según han explicado fuentes jurídicas este martes, el joven que cumplió 18 años el pasado mes de febrero, ha declarado en el juzgado y ha admitido que grabó la agresión y la colgó en Internet. Pero ha minimizado los detalles. Según él, el joven mongol increpó a una mujer que pedía dinero en el metro, cosa que hizo que el menor de edad detenido la defendiera. Fue entonces cuando el mongol habría increpado a este menor de edad y se habría originado la agresión y la polémica posterior.
Pero esta versión no ha sido corroborada por los testimonios del vagón que ya han declarado en comisaría. Según algunos de ellos, el agresor atacó sin motivo aparente al pasajero mongol.
Preguntado por qué grabó la agresión y colgó el vídeo en Internet, el joven ha dicho que fue una “chiquillada”. Al joven se le ha recordado que en sus cuentas en las redes sociales hay numerosos mensajes y vídeos exaltando la violencia y el nazismo como lemas a favor de Hitler o de la raza blanca y en contra de los negros. Pero según él, esto no es racismo. También ha explicado que hacía seis años que conocía al menor agresor, pero que no se habían visto en mucho tiempo. Se reencontraron y quedaron. Así ha querido negar que formaran parte de un grupo organizado o con intención premeditada de agredir a alguien.
Ahora la instrucción del caso, que ya está casi acabada, está pendiente de un último informe forense sobre las lesiones de la víctima.
http://www.lavanguardia.com/local/barcelones-nord/20140729/54412586656/joven-gravo-agresion-metro-confiesa-chiquilada.html
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